La distensión o rotura fibrilar continúa siendo una pesadilla en el mundo del deporte. Entradas como ¡Que alguien me explique porqué me he lesionado por séptima vez el biceps femoral! o Tengo una pesadilla: me lesiono por octava vez el bíceps ceps femoral., tratan de dar respuesta a algunos de los rompecabezas que giran en torno a una de las lesiones más frecuentes en el deporte.
Rotura fibrilar
El bíceps femoral continúa a la cabeza en el ranking de los músculos azotados por esta epidemia, y así se refleja en el volumen de estudios en comparación con otros grupos musculares. Puesto que no es el único que se ve afectado por esta lesión, por un segundo toca dejar de lado al bíceps femoral y profundizar en víctimas caídas en el olvido como es el caso del recto femoral.
En 2011, Ekstrand y sus colegas en su estudio prospectivo durante los años 2001 y 2009, además de destacar la frecuencia con la que se dan lesiones musculares (1 de cada 3 lesiones son de este tipo), afirman que el 92% de ellas afecta a alguno de los cuatro grandes músculos de miembros inferiores: isquiosurales, aductores, cuádriceps y/o tríceps sural 1.
El cuádriceps, con un 19% ocupa el tercer lugar, tras isquiosurales y aductores. Su incidencia es mayor en deportes que requieren de sprints y chuts, como corredores o jugadores de fútbol o fútbol americano 1-4.
No sería justo seguir hablando del grupo muscular cuádriceps como un conjunto cuando el músculo que se lesiona habitualmente en comparación con sus amigos es el recto femoral (RF). El hecho de que sea el único biarticular del grupo y se le requiera tanto para movimientos explosivos como para excéntricos contundentes, le posicionan en una situación complicada. Su compleja estructura es otro de los principales componentes 2-4.
La inserción proximal del RF está constituida por dos tendones, el tendón directo (TDRF) que parte desde la espina iliaca antero-inferior y el tendón indirecto (TIRF) que lo hace desde el surco supra-acetabular y el sector lateral de la cápsula de la articulación coxofemoral 5.
En un inicio, los dos tendones forman un tendón conjunto unos pocos centímetros por debajo de sus orígenes y posteriormente ocupan lugares diferentes en el muslo. El TDRF, el cual conforma la parte superficial de ese tendón conjunto, se mezcla a nivel distal con la fascia anterior del RF, que lo tapiza anteriormente. El TIRF, que conforma la parte posterior del tendón conjunto, da lugar a una unión músculo-tendinosa larga y profunda que se extiende aproximadamente dos tercios de la longitud del músculo 6-8.
Del TIRF o tendón central (también denominado aponeurosis central, tabique intramuscular o septo) nacen las fibras musculares que le otorgan el aspecto bipenniforme a este músculo. Además de esa estructura bipenniforme que se origina a partir del tendón intramuscular, encontramos otra que le rodea, unipenniforme y que se origina a partir de la expansión superficial, ya que del TDRF también parten fibras musculares. Este tipo de configuración se ha denominado “músculo dentro de músculo”. Como decíamos, y creemos que con motivo, se trata de una estructura un poco más compleja de lo habitual 2-3, 6-8.
Debido a esta compleja anatomía, pueden ocurrir una amplia variedad de lesiones, y su clasificación resulta un verdadero desafío. Podríamos distinguir las lesiones que atañen al RF en función de la zona lesionada: porción tendinosa (PT), unión miofascial (UMF) y unión miotendinosa (UMT).
A nivel del tendón libre es más frecuente la lesión por sobreuso que la distensión. La avulsión o desinserción del tendón, que puede ir acompañada de arrancamiento de la EIAI, pertenecería a este grupo aunque es poco frecuente 9-11.
La lesión a nivel miofascial también resulta poco usual, siendo la lesión de la unión miotendinosa la más frecuente, concretamente en relación al tendón intramuscular o profundo (TIRF). Las relacionadas con el tendón superficial (TDRF) son consideradas incluso como lesiones de la fascia anterior más que músculo-tendinosas 3.
El número de estudios relacionados con esta entidad deberá aumentar en los próximos años para obtener información relevante sobre las causas de la lesión, ya que los factores de riesgo tanto extrínsecos como intrínsecos necesitan de un mayor soporte de evidencia. La lesión previa del RF, así como la lesión previa de la musculatura isquiosural, parece ser el principal factor de riesgo, mientras que la falta de flexibilidad, debilidad excéntrica, baja estatura, el componente de lateralidad (mayor frecuencia miembro dominante) y el terreno de juego seco y duro, parecen tener evidencia relativa. La edad o la presión del balón (así como mojado), no parecen ser relevantes 1, 3, 12-15.
No olvidemos que no es una lesión lejana a nuestro planeta. Por golpeos de balón y carreras a alta velocidad libres de miedos y pinchazos, toca mirar más allá de los isquiosurales. Cuidemos al femoral, y en este caso hablamos del recto.
Cursos relacionados:
REFERENCIAS
1. Ekstrand J, Hägglund M, Waldén M.Epidemiology of muscle injuries in professional football (soccer). Am J Sports Med. 2011 Jun.
2. Kassarjian A, Rodrigo RM, Santisteban JM. Intramuscular degloving injuries to the rectus femoris: findings at MRI. AJR Am J Roentgenol. 2014 May.
3. Mendiguchia J, Alentorn-Geli E, Idoate F, Myer GD. Rectus femoris muscle injuries in football: a clinically relevant review of mechanisms of injury, risk factors and preventive strategies. Br J Sports Med. 2013 Apr.
4. Kary JM. Diagnosis and management of quadriceps strains and contusions. Curr Rev Musculoskelet Med. 2010 Jul.
5. Pesquer L, Poussange N, Sonnery-Cottet B, Graveleau N, Meyer P, Dallaudiere B, Feldis M. Imaging of rectus femoris proximal tendinopathies. Skeletal Radiol. 2016 Jul.
6. Brukner P, Connell D. ‘Serious thigh muscle strains’: beware the intramuscular tendon which plays an important role in difficult hamstring and quadriceps muscle strains. Br J Sports Med. 2016 Feb.
7. Gyftopoulos S, Rosenberg ZS, Schweitzer ME, Bordalo-Rodrigues M. Normal anatomy and strains of the deep musculotendinous junction of the proximal rectus femoris: MRI features. AJR Am J Roentgenol. 2008 Mar.
8. Hasselman CT, Best TM, Hughes C, Martinez S, Garrett WE Jr .An explanation for various rectus femoris strain injuries using previously undescribed muscle architecture. Am J Sports Med. 1995 Jul-Aug.
9. Dean CS, Arbeloa-Gutierrez L, Chahla J, Pascual-Garrido C. Proximal Rectus Femoris Avulsion Repair. Arthrosc Tech. 2016 May.
10. Esser S, Jantz D, Hurdle MF, Taylor W. Proximal Rectus Femoris Avulsion: Ultrasonic Diagnosis and Nonoperative Management. J Athl Train. 2015 Jul.
11. Hosalkar HS, Pennock AT, Zaps D, Schmitz MR, Bomar JD, Bittersohl B. The hip antero-superior labral tear with avulsion of rectus femoris (HALTAR) lesion: does the SLAP equivalent in the hip exist? Hip Int. 2012 Jul-Aug.
12. Hägglund M, Waldén M, Ekstrand J. Risk factors for lower extremity muscle injury in professional soccer: the UEFA Injury Study. Am J Sports Med. 2013 Feb.
13. Witvrouw E, Danneels L, Asselman P, D’Have T, Cambier D. Muscle flexibility as a risk factor for developing muscle injuries in male professional soccer players. A prospective study. Am J Sports Med. 2003 Jan-Feb.
14. Fousekis K, Tsepis E, Poulmedis P, Athanasopoulos S, Vagenas G. Intrinsic risk factors of non-contact quadriceps and hamstring strains in soccer: a prospective study of 100 professional players. Br J Sports Med. 2011 Jul.
15. Orchard JW. Intrinsic and extrinsic risk factors for muscle strains in Australian football. Am J Sports Med. 2001 May-Jun.