Hola a todos
A los que me conocéis, ya sabéis que no soy muy amante de las máquinas guiadas. Sin duda, como cualquier otro medio de entrenamiento puede resultar útil (o perjudicial) en ciertos momentos del proceso de entrenamiento, pero también creo que se les ha otorgado durante años ciertas características o beneficios que o bien son falsos o están sobredimensionados. En esta entrada del blog voy a intentar explicar resumidamente porqué pienso de esta manera y os invito a todos a que deis vuestra opinión (el debate es una de las mejores maneras de aprender).
¿Qué es una máquina guiada?
Como su propio nombre indica, es un medio de entrenamiento que va sobre unas guías, de manera que independientemente de las direcciones de las fuerzas que nosotros ejerzamos el movimiento se produce sobre el plano que la máquina determine.
Suelen, además enfocarse analíticamente a un grupo muscular concreto de manera que las necesidades de control motor y coordinación intermuscular son mínimas.
¿Porqué utilizamos máquinas guiadas?
A muchos compañeros de profesión (docentes y alumnos) les he hecho esta misma pregunta, siendo las respuestas variadas e interesantes, pero a menudo no me convencen. Se les atribuyen ciertas capacidades que creo son erróneas. Pero sin duda un supuesto beneficio me llama poderosamente la atención.
¿Las máquinas guiadas son más seguras? FALSO
Sin duda, es una de las afirmaciones con las que estoy en total desacuerdo. Como hemos comentado al principio, por las características de este medio de entrenamiento se produce un fenómeno que sin lugar a duda debemos tener en cuenta: El Enmascaramiento de las Fuerzas.
Cuando trabajas sobre una máquina guiada, internamente, puedes estar produciendo fuerzas ineficientes, con los problemas a nivel de lesiones que eso puede provocar (ver entrada sobre Eficiencia). Es decir, si nuestro control del movimiento no es bueno, nuestros músculos ejercerán fuerzas en direcciones diferentes al plano sobre el que se desplaza la máquina guiada, provocando que el control motor del movimiento se vea oculto y que posibles deficiencias en el movimiento sean imposibles de detectar para el observador externo (entrenador) o el propio practicante. Esto no ocurre con pesos libres o poleas porque al ser un desplazamiento libre, un fallo en la generación del movimiento se detecta automáticamente.
Por ejemplo, en un Press de Banca (Bench Press) las fuerzas generadas deben producir un movimiento perfectamente vertical. Además, los dos brazos deben ejercer fuerzas de igual dirección e intensidad. Si esto no se produce, además de un gasto energético innecesario e ineficiente, ciertas estructuras se ven sometidas a fuerzas no controladas que provocan un desgaste articular aumentando las posibilidades de lesión. Es muy habitual, por ejemplo que al trabajar sobre una máquina guiada se ejerza mucha más fuerza con un brazo que con otro (siendo indetectable para el entrenador o usuario), porque el movimiento final es el mismo. Con pesos libres, la corrección es mucho más fácil.
Si además, le añadimos que la mayoría de estas máquinas están realizan en posición sentada (no nos basta con estar 8 hora sentados en la oficina), con mínimas necesidades de control del movimiento por trabajar de manera analítica, descoordinando unas estructuras sobre otras por hacerlas trabajar de manera independiente cuando jamás van a actuar así en la vida real, añadimos otros de sus problemas.
En definitiva, la guía sobre la que se desplaza la máquina, provoca una disminución de tu capacidad de control del movimiento y de tu coordinación intermuscular, aumentando las posibilidades de lesión y disminuyendo tu rendimiento funcional global. Y este es el principal problema de las personas poco habituadas al deporte: la falta de control motor global.
¿Por dónde sería lógico empezar?
En la mayoría de los centros deportivos, cuando inicias un programa de entrenamiento siendo una persona sedentaria y poco habituada al deporte, te «facilitan» una serie de ejercicios realizados sobre máquinas guiadas con la excusa de que son más seguras que los pesos libres o las poleas. Entonces, a personas con poco control del movimiento por su inactividad, les «ayudamos» a seguir empeorando esta capacidad.
Mi opinión personal es que para utilizar este tipo de máquinas, es fundamental una capacidad coordinativa previa que nos asegure de una u otra manera que el movimiento es el correcto, y que cada músculo cumple su función de manera eficiente. Para ello, realizaremos el movimiento con el mayor grado de libertad posible para poder detectar errores en la ejecución. Los pesos libres o las poleas ayudan a los entrenadores a percibir esas incorrecciones y ponerle remedio mientras que las máquinas guiadas nos las enmascaran.
Cuando ya hayamos creado un patrón de movimiento perfecto, podremos plantearnos la utilización de este tipo de medios de entrenamiento en función del objetivo que busquemos. Pero debemos saber que siempre existirá ese enmascaramiento que nos ocultará que está suciendo a nivel biomecánico internamente y los problemas derivados de esto.
¿Cuando puede ser interesante una máquina guiada?
Una vez tengamos el patrón global perfecto podremos plantearnos la inclusión de este tipo de medios de entrenamiento si queremos focalizar en algún momento el trabajo sobre ciertos grupos musculares. Para personas con objetivos estéticos («Musculistas» como diría mi amigo Pepe Conde), pueden llegar a ser interesantes si queremos movilizar gran cantidad de carga para provocar un alto grado de hipertrofia.
No obstante, esto mismo se puede conseguir con pesos libres, poleas u otros medios de entrenamiento. Es verdad que cuando usas una máquina guiada, al no necesitar ningún tipo de control motor, podemos ejercer una grado de fuerza muy elevado (pero no mayor que con una barra libre como señala este estudio de hace unos días, lo que echa por tierra sus supuesto beneficios para trabajos de fuerza máxima o hipertrofia sobre otros medios). Pero si habéis entendido mi razonamiento, podéis concluir vosotros mismos el peligro que genera el enmascaramiento del que hablábamos antes con una carga máxima.
Así que recomiendo las máquinas guiadas para todas aquellas personas que quieran disminuir su capacidad de control motor y empeorar la calidad de sus movimientos. Además también son interesantes para aquellos que busquen aumentar sus posibilidades de lesión y disminuir el rendimiento de funciones globales de su cuerpo… Eso sí, te aviso de que además te puede poner el pecho y los biceps grandes y torpes.
Concluyendo, no encuentro, salvo casos puntuales y por motivos estéticos (siendo igual de efectivos para este propósito otros medios más seguros), ningún momento en todo el proceso de entrenamiento, independientemente de las características del deportista, adecuado para incluir las máquinas guiadas como medio de entrenamiento (si alguien discrepa que por favor razone su respuesta).
Sé que para muchos serán «agresivos» mis comentarios y mi manera de exponerlos, y «doloroso» para aquellos que hayan realizado una inversión elevada en maquinaria de este tipo para su centro deportivo (una máquinita de esta cuesta unos 2000 € mínimo) y que paso a ser enemigo público de nuestra «querida» industria del fitness, que obtiene beneficios abundantes por vender esto en vez de una mancuerna, una polea o una goma, pero es un precio que debo pagar por expresarme libremente.
Ahora os invito a todos a poner vuestra opinión y despellejarme vivo si es necesario!!
Un abrazo