Para dar respuesta a esta pregunta, al menos de manera parcial, un grupo de investigadores llevó a cabo un estudio con el que querían comparar la respuesta molecular que acontece al realizar ejercicio físico y realizar una ingesta de hidratos (CHO: aprox. 300 g en 150 min postejercicio), frente a la que se da cuando se realizar ese mismo ejercicio y no se ingieren estos macronutrientes en el período de recuperación (PLA: misma cantidad de placebo).
El protocolo de entrenamiento utilizado consistió en pedalear durante 60 minutos continuos al 60% del VO2máx, seguidos de 6 series de SIT (Sprint Interval Training: 30 s all out). Se trata de un entreno bastante extenuante que provocó una deplección importante de glucógeno muscular (más del 90%), algo que hay que tener en cuenta a la hora de interpretar los resultados. Al igual que el nivel moderado de condición física de los participantes y que el ejercicio se realizara en ayunas (10-12 h de la noche).
Como podría esperarse, la ingesta de hidratos favoreció un aumento de glucosa en sangre y una mayor tasa de resíntesis de glucógeno tras el ejercicio. Así, a las 3 horas la concentración de glucógeno muscular era significativamente superior en el grupo CHO. Las concentraciones de lactato fueron similares en ambos grupos en todas las mediciones realizadas.
Los niveles de ARNm de PGC1A incrementaron sustancialmente justo al finalizar el ejercicio y siguieron haciéndolo en las 3 horas posteriores. Asimismo, aumentaron los niveles de otros marcadores también asociados a la estimulación de la biogénesis mitocondrial y adaptaciones del metabolismo oxidativo (TFAM, SIRT1, NFE2L2, PDK4). Sin embargo, no se encontraron diferencias en estos cambios entre condiciones CHO y PLA.
Entradas relacionadas:
Efectos de la periodización de hidratos en el rendimiento
Efectos de una dieta baja en hidratos y alta en grasa sobre el rendimiento de alta intensidad
