Con la mayoría de deportistas es necesario entrenar diferentes capacidades que nos ayuden a mejorar el rendimiento. Queremos que corran más, pero que resistan más. Que salten más, pero que se recuperen mejor entre esfuerzos. Y para conseguirlo, sabemos que debemos llevar a cabo entrenamiento con características bien diferentes como la periodización en bloques.
A priori, esto no sería problema. Bastaría con programar diferentes modelos de sesiones o incluir diferentes ejercicios dentro de una misma sesión…Sin embargo, desde hace ya unas décadas, conocemos que las adaptaciones que provoca un plan de entrenamiento tipo “fuerza” y aquellas fomentadas por uno de “resistencia”, no son muy compatibles. Además, si se realizan en la misma sesión, el primero que realicemos puede hacer que la calidad y cantidad del siguiente se vea negativamente afectada. Existe una “interferencia”. Por ello, con el fin de eliminar/minimizar esta interferencia, cuando se realiza un entrenamiento concurrente (aquel que incluye ejercicios tipo “fuerza” y tipo “resistencia”) es necesario que se manejen adecuadamente ciertas variables.
Recientemente se publicó un estudio que viene a mostrar que la distribución de los diferentes esfuerzos es un aspecto clave, y que si queremos optimizar las adaptaciones tipo “fuerza” y tipo “resistencia”, la periodización en bloque puede ser una opción a tener en cuenta.
Periodización
La investigación fue llevada a cabo con jugadores de hockey hielo de la máxima competición Noruega que realizaron 6 semanas de entrenamiento en las que todos realizaron el mismo volumen total de entrenamiento de fuerza, pliometría y resistencia, con la misma intensidad, pero fueron distribuidos aleatoriamente en dos grupos que diferían en la distribución de cada tipo de sesión de entrenamiento.
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Grupo de periodización en bloque (BP)
Durante las semanas 1,2,4 y 6 el entrenamiento estaba enfocado en la fuerza/pliometría —realizando 6-7 sesiones a la semana— y solo realizaba una sesión de HIT a la semana. Por el contrario, en las semanas 2 y 5, la prioridad era el entrenamiento de HIT —5 sesiones semanalas— y solo se realizó una sesión de fuerza en cada una de estas semanas.
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Grupo de periodización tradicional (TRAD)
Siguió un programa de entrenamiento mixto, en el que cada semana realizaba 2-3 sesiones de HIT y 4-5 sesiones de fuerza/ pliometría.
Resultados:
El grupo BP tuvo ligeramente mayores en el torque pico en extensión de rodilla a 60º/s (2.1% ± 2.5% vs −0.1% ± 2.5%, P = 0.08, ES= 0.83) y una mejora bastante mayor en este valor cuando fue medidlo a 180º/s (6.6% ± 8.7% vs −4.2% ± 6.3%; P = 0.01, ES = 1.18).
También se observó una tendencia a una mayor mejora en el grupo BP en la potencia media en el test de Wingate (sprint 30s) (4.1% ± 2.5% vs −0.3% ± 5.9%, P = 0.06, ES = 0.89). En cuanto a la capacidad de salto —medida con el test de SJ— si bien no se observaron diferencias significativas en los cambios pre-post de ambos grupos (BP: de 36.7 ± 4.9 a 37.7 ± 4.9 cm vs TRAD: de 34.4 ± 5.5 a 34.7 ± 4.9 cm), los autores comentan que la diferencia numérica (BP: 4.4% vs TRAD: 2.1%) podría ser relevante para el rendimiento de jugadores de alto nivel como los de este estudio.
Por último, se observaron mejoras sustancialmente mayores en BP en los valores de consumo máximo de oxígeno (5.1% ± 3.3% vs 1.1% ± 3.5%, P = 0.05; ES = 1.04) y aunque no hubo diferencias entre grupos en la potencia aeróbica máxima, la diferencia numérica (4.4% vs 2.6%) y los valores de ES (0.71) muestran un efecto moderado y práctico a favor del grupo GP en esta variable.
Los autores concluyen; “el presente estudio sugiere que, en comparación con un entrenamiento mixto tradicional, concentrar en bloques de entrenamiento estímulos que buscan la mejora de pocas habilidades pero que tienen compatibilidad, con el mantenimiento de otras habilidades no compatibles, es más efectivo para desarrollar tanto la capacidades relacionadas con la resistencia como con la fuerza”.
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