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Movilidad articular del tobillo. Entreno para salto

En esta entrada hablaremos sobre la movilidad articular del tobillo. Normalmente el trabajo para mejorar la dorsiflexión de tobillo suele hacerse mediante ejercicios aislados de esta articulación. No obstante, si atendemos a que “un sistema complejo exhibe unas propiedades o un comportamiento que no se puede deducir del que presentan sus partes individuales” (Balagué N. y Torrets C.) ¿qué sentido tiene el trabajo analítico que busca la mejora de una estructura particular sin tener en cuenta como se coordina el resto?.

Son varios los estudios que han mostrado que ganar grados de movilidad articular medida en un gesto analítico en el que solo participa una articulación no es motivo suficiente para que una persona mejore la movilidad articular en gestos más globales ¿esto hace que debamos descartar todo trabajo analítico?

Movilidad articular del tobillo

La emergencia de un movimiento siempre está determinado por la influencia de diferentes constreñimientos que podemos dividir en tras categorías: de la tarea, del organismo y del entorno. En el caso de un salto, la capacidad de movilidad de tobillo la consideramos por tanto, al igual que otros como la altura o el peso corporal, un constreñimiento del organismo a la respuesta motora de una persona. Así, cuando se realiza un ejercicio de salto, el cuerpo estará limitado (y por ende, facilitado) a autoorganizarse de una manera diferente a si tuviera mayor movilidad en dicha articulación. Si repite una y otra vez este movimiento, el cuerpo llegará a tener preferencia por unas coordinaciones musculares determinadas en las que se contará poco con la contribución de la flexión dorsal del tobillo.

Esto no quiere decir que no debamos trabajar nunca la movilidad articular del tobillo de manera aislada. Si hay una limitación grande, el trabajo analítico o pasivo puede ayudarnos a mejorar, pero debemos verlo como una primera aproximación al problema o como un complemento. Una vez ganados ciertos grados de movilidad debemos tener presente que el cuerpo no tiene por qué integrarlos en un gesto global como en un salto. Son los entrenadores los que deben diseñar tareas mediante las cuales esto se consiga.

En el siguiente vídeo se muestra un trabajo de progresión que busca la mejora e integración de grados de movimiento del tobillo en una recepción de salto.

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Preguntas frecuentes sobre la movilidad articular del tobillo

¿Cómo se llama el movimiento de tobillo?

El movimiento principal del tobillo se llama flexión y extensión. La flexión del tobillo implica mover el pie hacia arriba, acercando los dedos hacia la espinilla, mientras que la extensión del tobillo implica mover el pie hacia abajo, alejando los dedos de la espinilla. Estos movimientos son fundamentales para la movilidad y función adecuada del tobillo, ya que permiten caminar, correr, saltar y realizar una variedad de actividades físicas.

¿Cómo recuperar la movilidad del tobillo?

Para recuperar la movilidad del tobillo, es importante seguir una serie de recomendaciones y realizar ejercicios específicos. Aquí tienes algunos consejos:

  1. Ejercicios de movimiento: Realiza ejercicios de flexión y extensión del tobillo regularmente para mejorar la amplitud de movimiento. Puedes hacer movimientos circulares con el pie, moverlo hacia arriba y hacia abajo, y realizar movimientos de lado a lado. Estos ejercicios deben hacerse de forma suave y sin dolor.
  2. Estiramientos: Realiza estiramientos suaves de los músculos y tendones que rodean el tobillo. Puedes hacer estiramientos del músculo gastrocnemio y sóleo (los músculos de la pantorrilla) estirando la pierna hacia atrás mientras mantienes el pie apoyado en el suelo. También puedes sentarte en el suelo con las piernas extendidas y usar una toalla o una banda elástica para estirar los músculos de la parte inferior del pie y la pantorrilla.
  3. Movimientos de movilización articular: Realiza movimientos de movilización articular suaves para ayudar a aflojar las articulaciones del tobillo. Por ejemplo, puedes sentarte en una silla con el pie apoyado en el suelo y realizar movimientos suaves de rotación y deslizamiento del pie hacia adentro y hacia afuera.
  4. Masaje y automasaje: Utiliza técnicas de masaje suave o automasaje con una pelota o rodillo de espuma para aliviar la tensión muscular y mejorar la circulación en la zona del tobillo. Masajea suavemente los músculos de la pantorrilla, la planta del pie y los tejidos alrededor del tobillo.
  5. Fortalecimiento: Una vez que hayas recuperado cierta movilidad, es importante fortalecer los músculos que rodean el tobillo. Realiza ejercicios de fortalecimiento como levantar los dedos de los pies mientras mantienes el talón en el suelo, caminar de puntillas y hacer ejercicios de resistencia con una banda elástica.

Recuerda siempre realizar estos ejercicios de forma suave y progresiva, y consulta a un profesional de la salud, como un fisioterapeuta, para recibir una evaluación adecuada y recomendaciones específicas según tu caso.

¿Qué tipo de articulación son los tobillos?

Los tobillos son articulaciones sinoviales del tipo «articulación en bisagra» o «articulación troclear». Estas articulaciones permiten el movimiento de flexión y extensión del pie, lo que nos permite caminar, correr y realizar diversas actividades físicas. La articulación del tobillo está formada por la unión de la extremidad inferior de la tibia y el peroné con el astrágalo, uno de los huesos del pie. Esta articulación es relativamente estable pero también permite cierta amplitud de movimiento para adaptarse a diferentes actividades y terrenos.

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