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¡Escápula! ¡Se vive mejor bailando!

Tenemos un amigo muy cercano (Francisco MR) que tiene la enorme habilidad de bailar con ritmos y movimientos que la gente no alcanza a comprender; si bailar es soñar con los pies, este amigo tiene unos sueños un poco raros, digamos que no lleva un ritmo, lleva varios, aunque ninguno sea el de la música. En multitud de ocasiones nos han preguntado qué estaba bailando exactamente, y aunque no hemos sabido dar respuesta, una cosa está clara: Movement never lies.

Una escápula que realice movimientos extraños, ¿también es una artista del baile? En este caso ya no suena tan gracioso, principalmente porque la escápula no baila sola. Sus movimientos tienen que estar coordinados con el resto de articulaciones del complejo del hombro, y un baile descoordinado puede estar indicándonos patrones de movimiento erróneos que pueden conllevar alteraciones biomecánicas.

Cuando la escápula baila por libre, es a lo que llamamos disquinesia.

La pareja de baile por excelencia de la escápula es el húmero. Así podemos ver diferentes bailes como el del empuje, la tracción, el lanzamiento, o el más estudiado: la elevación del brazo: sobre el que ha sido multitud de veces descrito el ritmo escápulo-humeral16,27, que se considera un índice cualitativo muy importante del complejo del hombro34.

La cinemática escapular puede verse alterada por diversos motivos: (Aunque sobre cada uno de estos factores se podría hacer un libro, vamos a tratar de condensar todo lo posible esta información para tener una visión de conjunto).

  1. Debilidad o disfunción de la musculatura escapular24,30,34. En el equilibrio muscular de la escápula debe prestarse especial atención al trapecio inferior y el serrato anterior, ya que son músculos con tendencia a ser débiles19. Evidentemente, si los músculos encargados de mover la escápula son débiles, el movimiento se verá alterado.
  2. Fatiga del manguito rotador posterior14,41. Es lógico pensar que cualquier afectación del manguito va a impedir mantener la articulación siempre centrada, lo que va a afectar a la información propioceptiva y consecuentemente puede provocar disquinesia. En la bibliografía científica hemos encontrado estudios que relacionan la fatiga del manguito rotador posterior con disquinesia. Usando protocolos de fatiga de rotación externa, se ha demostrado un descenso de la inclinación posterior y rotación externa escapular, a la vez que una menor retracción clavicular7,40, así como una alteración en la pareja de fuerzas trapecio inferior/infraespinoso14. Sin embargo en cuanto a la rotación escapular superior hay discrepacias, ya que algunos autores han observado que se aumenta7,30, mientras que otros han visto que disminuye29,40Joshi et al (2011)14 encontraron que tras fatiga de rotadores externos aumentaba la rotación superior escapular a pesar del descenso en la activación del trapecio inferior; ellos piensan que puede deberse a un mecanismo compensatorio muscular que trata de mantener el espacio subacromial.
  3. Acortamiento o tensión de tejidos blandos: El caso más habitual es el acortamiento del pectoral menor22,24,28, (Ver: El Pectoral menor imputado) Provoca rotación interna escapular, inclinación anterior y rotación inferior, a la vez que protracción y depresión, por lo que estarán limitados los movimientos contrarios3,17,20,32,35. La elevación del brazo con pectoral menor corto mostraba una reducción de 10,5º de rotación externa y 10,4º de inclinación posterior2. También se ha identificado el acortamiento del elevador de la escápula como un factor clave en el síndrome de rotación inferior escapular descrito por Sharman (2002)35. Pero es lógico que la falta de flexibilidad de cualquier musculatura que se inserte en la escápula afecte a su movilidad.
  4. Afectación de la articulación glenohumeral: El Síndrome subacromial9,13,26,24,25,38,47:  En hombros con desgarros del manguito rotador, una disminución de la activación del deltoides durante la elevación del brazo puede ser sustituida por la actividad de la musculatura escapular37. Los hombros con síndrome subacromial presentan menor inclinación posterior durante la elevación del brazo25Lesiones SLAP3, Impingement Interno21, Inestabilidad glenohumeral8,33,44,45,47DRIG1.
  5. Afectación de la clavícula o la articulación acromio-clavicular18:  Fracturas claviculares, artrosis o lesiones acromioclaviculares.
  6. Cambios en la postura cervical, torácica y de hombros16,23,46
  • La hipercifosis torácica rota internamente e inclina anteriormente la escápula hasta 10º en diferentes grados de elevación del brazo10,16, reduciendo la capacidad de elevación del brazo16. Y disminuye la fuerza generada a 90º de abducción en el plano escapular16.
  • La cabeza adelantada: Una flexión cervical de 25º aumenta la rotación escapular superior y disminuye la inclinación posterior durante la elevación glenohumeral en sujetos sanos hasta 3,5º23,39, la rotación externa hasta 8º39 y la rotación superior hasta 5º23,39. Personas con síndrome subacromial han demostrado una mayor prevalencia de protracción de la cabeza (aumenta la extensión de las cervicales superiores y la flexión de las cervicales inferiores).
  • La postura de los hombros adelantados definida por Kendall et al.17 es una posición de abducción y elevación de la escápula, posible aleteo y rotación interna humeral. En estos casos el acromio estaría adelantado, cuando debería estar en la misma línea de plomada que el lóbulo de la oreja; pudiendo producir acortamiento del serrato anterior, pectoral menor y trapecio superior, así como debilidad del trapecio medio e inferior; por todo ello, la postura de hombros adelantados se ha relacionado con el síndrome subacromial11.

Partiendo de todos estos factores, pueden aparecer diferentes tipos de disquinesia que trataremos en una futura entrada.

La movilidad de la escápula va a ser un elemento cualitativo que nos va a dar información tanto en relación al rango, como a la calidad de esos movimientos, siendo una información importante sobre el complejo articular del hombro. Aunque bailar pueda parecer que es sólo una cuestión lúdica, en el caso de la escápula resulta de vital importancia, de hecho, si la escápula tuviera un par de orejitas con las que oírnos, le diríamos: ¡Escápula no olvides nunca una cosa, se vive mejor bailando!

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