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EL HÚMERO RETRASADO

No sé tú, pero yo escucho lo de retrasado y me suena a insulto. No creo que al húmero le guste que lo califiquen así. El húmero se desliza posteriormente en exceso en pocos hombros, podemos decir que es un tipo de alteración de movimiento o microinestabilidad poco común en comparación al resto. Los casos de inestabilidad posterior representan solo entre el 2-12% de todos los casos de inestabilidad.

Suele afectar a hombres jóvenes entre 15 y 30 años, y especialmente a deportistas. Las personas con inestabilidad posterior se quejan habitualmente al realizar tareas que implican empujes con el miembro superior.

Las personas con inestabilidad posterior presentan dolor en la parte posterior del hombro y perciben con frecuencia los “saltitos” que da la cabeza humeral, sobre todo en los movimientos que implican deslizamiento humeral posterior (flexión, rotación interna, aducción horizontal). 

Los principales estabilizadores del sistema de contención pasivo para evitar la traslación posterior son el labrum posterior, la cápsula articular posterior y el ligamento glenohumeral posteroinferior. A nivel del sistema de contención activo se ha destacado el papel del subescapular, aunque todo el manguito rotador es clave. También desempeña un papel importante el deltoides posterior.

Existen dos mecanismos básicos por los que aparece la inestabilidad posterior:

Por un traumatismo: como en un accidente de coche, aunque también aparece tras choques en deportes de contacto como el rugby, fútbol, balonmano, etc. El mecanismo más común es una fuerza posterior sobre el húmero en una posición de flexión, aducción y rotación interna. Y la dirección de desplazamiento de la cabeza humeral habitualmente es posteroinferior. 

Por acumulación de microtraumatismos: afectan al complejo capsulolabral posterior, especialmente en deportes de contacto como los deportes de lucha, rugby, fútbol, o deportes “overhead” como el tenis, voleibol, natación,etc. Pero también es común en los levantadores de pesas; se ha asociado a ejercicios como el press de banca y también los clásicos push-ups o flexiones de brazos.

Son factores contribuyentes la erosión glenoidea posterior, una excesiva retroversión glenoidea y una excesiva retroversión humeral. La cápsula posterior es la más fina y reconocida como potencialmente débil.

Se puede crear un aumento del espacio intraarticular debido a una deformación de la cápsula posteroinferior, perjudicando la presión negativa intraarticular, disminuyendo la estabilidad. Esta deformación será mayor en los casos de subluxaciones repetidas que en los casos de microinestabilidad.

Además, el “intervalo rotador” capsuloligamentoso (ligamento coracohumeral y glenohumeral superior) ubicado entre los tendones del subescapular y el supraespinoso se ha comprobado que juega un rol importante en el control de la excesiva traslación posterior, al igual que el músculo subescapular, especialmente con el brazo en aducción. En los casos que hay una dislocación posterior glenohumeral, lo normal es que se haya producido una lesión a nivel del intervalo rotador y avulsiones de la inserción de la cápsula y el ligamento glenohumeral posterior. 

También se debe evaluar la mecánica escapulotorácica, ya que suele estar alterada.

Tener un húmero retrasado no es buena opción, y menos aún en casos de hombros que se enfrentan a actividades deportivas exigentes para esta articulación. Permitir la microinestabilidad posterior humeral cuando se podría evitar sí que es un retraso.

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