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EL HÚMERO QUE SE VIENE ARRIBA

Hemos visto que la casita subacromial es un espacio susceptible a muchos factores, y sabemos que existe una correlación entre espacio subacromial y dolor de hombro (Ver la epidemia del hombro: el síndrome subacromial). Una de las lesiones de mayor incidencia en deportistas es el síndrome subacromial, representando el 74% de los hombros dolorosos.

El húmero, además de sus movimientos fisiológicos en los tres planos y ejes, presenta movimientos dentro de la cavidad glenoidea: deslizamiento superior, inferior, anterior y posterior; estos movimientos deben ser ínfimos para que haya una correcta movilidad accesoria.

La microinestabilidad provoca cambios en la artrocinemática, y los microtraumatismos generan de forma progresiva un estrés tisular que puede ser lesivo si no nos adaptamos a él. El síndrome de deslizamiento humeral superior es uno de los factores biomecánicos descritos que pueden provocar lo que se denomina impingement subacromial. Puede medirse mediante la distancia acromiohumeral, pudiendo verse alterada incluso en reposo. 

Tenemos una serie de músculos que denominamos longitudinales del hombro: deltoides, porción corta del bíceps braquial, coracobraquial, porción larga del tríceps braquial, y el haz clavicular del pectoral mayor. Esta pandilla de músculos evitan de forma sinérgica que la cabeza humeral se luxe por debajo de la cavidad glenoidea, por ejemplo cuando sostenemos una carga elevada con la mano. Pero si impiden que el hombro se luxe, ¡serán de los buenos! ¿no?

El problema aparece cuando son más potentes y dominantes que los músculos que impiden el deslizamiento superior, es en ese momento cuando pasan a ser los enemigos del hombro. Si además los tejidos que evitan de forma pasiva la traslación superior son laxos y la fuerza necesaria para su deformación es baja, podemos decir que la flexibilidad del deslizamiento superior es mayor que la del deslizamiento inferior. Cuando se repite este movimiento de forma continuada puede existir una adaptación de la longitud de los tejidos blandos que rodean la articulación glenohumeral, favoreciendo la reducción del espacio subacromial en reposo. 

Las personas que tienen esta alteración de movimiento suelen presentar debilidad del manguito rotador, pueden ser débiles las pruebas musculares del infraespinoso, subescapular y redondo menor.

Y pueden presentar DRIG, que conlleva rigidez de los tejidos posteroinferiores provocando por efecto barrera un desplazamiento anterior y superior de la cabeza humeral. En un test de movilidad hacia rotación internapresentan hipomovilidad.

Además, con el movimiento de abducción es particularmente evidente la prominencia de la cabeza humeral, que parece estar ascendida. Es además el movimiento de la abducción el que genera con más frecuencia dolor en los hombros que presentan esta alteración de movimiento, con un arco doloroso que se acentúa especialmente cuando el hombro se acerca a los 90º de abducción.

Si nos encontramos un húmero en ese “plan” no va a quedar más remedio que decirle que seguir así no va a traerle nada bueno, debe estar más centrado. ¡Que no se venga tan arriba!.

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