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EL HOMBRO ES COMPLEJO

Tras haberme enfrentado “varias veces” a estudiar anatomía del hombro como alumno y haber impartido los últimos años diferentes cursos sobre prevención y recuperación de lesiones de esta articulación,  he escuchado entre tres y cuatro mil veces “el hombro es complejo”. Como estarás imaginando la mayoría de las veces se refieren a que el hombro es difícil de estudiar, puedes dedicarle innumerables horas y tener la sensación de que su anatomía no es compleja, es infinita. 

En los libros y artículos se suele denominar esta articulación como “el complejo del hombro», refiriéndose a que no es una articulación, sino un conjunto de articulaciones que trabajan de forma coordinada para alcanzar determinados objetivos de movimiento. De forma básica podríamos decir que el hombro nos permite colocar la mano en un punto concreto del espacio; y lo consigue  mediante la actuación coordinada de cinco articulaciones. Tres son articulaciones verdaderas: la glenohumeral, la acromioclavicular y la esternocostoclavicular; y las otras dos falsas: la subdeltoidea y la escapulotorácica. Estas dos últimas son denominadas falsas porque no son el resultado de la unión de dos huesos, pero no por ello son menos importantes.

Pero el hombro es complejo no por el conjunto de articulaciones que lo componen o por lo difícil que pueda ser estudiarlo; sino porque es un sistema dinámico y complejo, que aprende y se adapta continuamente a las relaciones que genera con su entorno y con la tarea “encomendada”; este aprendizaje está modulado por múltiples variables biopsicosociales. 

El complejo del hombro es un sistema de 5 articulaciones con sus posibilidades de movimiento,  pilotado por la persona, con el sistema nervioso central como director de orquesta y con una estrecha interrelación con el resto de sistemas del organismo para poder llevar a cabo su función básica: el movimiento. Pero hablar de movimiento de un sistema no tiene sentido si no existe un entorno y un propósito (la tarea).

El entorno del hombro es, por un lado, el espacio próximo a ese sistema dinámico y complejo superior que es el ser humano; la información que llega a nivel propioceptivo, vestibular y de nuestros sentidos determina las posibilidades de acción en función de la tarea y condiciona el foco de atención. Pero también podemos hablar de un entorno próximo, que hace referencia a las articulaciones vecinas: columna cervical, columna dorsal y codo, que van a constreñir al hombro,  aunque articulaciones más alejadas también lo harán. Es lógico que un hombro rodeado de articulaciones hipermóviles tenga menores exigencias a nivel de rango de movimiento que si nos planteamos el supuesto contrario. Un golfista que tenga un déficit importante en su capacidad de rotación de la columna tendrá que realizar un movimiento más acusado a nivel del complejo del hombro si quiere colocar el palo en la misma posición.

La retroalimentación continua de estos tres elementos provoca que el SISTEMA se AUTOORGANICE para dar la mejor respuesta posible, la más eficiente en relación a la información que percibe. Observará el resultado y APRENDERÁ para en el futuro poder dar una respuesta más eficaz, más rápida, con menor estrés, con menor coste energético.

Si quieres comprender un hombro, analiza su entorno y sus propósitos habituales; aunque no puedas evitar que sea complejo, al menos no te lo parecerá tanto.

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