Qué tal ha ido el verano…¿descansados?
Después de un verano de buen clima, en el que muchos nos hemos animado a añadir un poco más de actividad física a nuestros maltrechos cuerpos (salir a correr, nadar, voleyplaya, andar por el monte…) nos toca afrontar el frío invierno, con lo que ello conlleva. Peor clima, días más cortos, más trabajo…y todo esto deriva en una mayor facilidad para escaquearnos de nuestra responsabilidad con nuestro estado físico (y mental!).
Muchas personas, en especial las que viven en grandes ciudades experimentan dificultad para practicar actividad física al aire libre, tal y como habían podido hacer en sus periodos vacacionales. Estas suelen apuntarse a gimnasios o centros deportivos dónde puedan seguir con su actividad física y muchas de ellas sustituyen sus carreras por la playa o el campo por el uso de cintas de correr que calmen sus necesidades.
Mi pregunta es: ¿qué diferencias existen entre correr sobre asfalto o tierra y hacerlo en una cinta de correr?
Aparentemente debe ser muy parecido… y si hay diferencias, supuestamente deberían ser favorables a las cintas de carrera. Si observamos cualquier catálogo de este tipo de aparatos encontraremos sus ventajas claramente señaladas. Señalamos aquí algunas de ellas:
– Si la superficie de apoyo es buena, se reducen los impactos sobre la rodilla, tobillo y cadera.
– Existen programas predeterminados generales en función del objetivo que queramos conseguir (esto es discutible, pero bueno…).
– Podemos regular la velocidad e inclinación a nuestro gusto.
– Nos informan de nuestro ritmo cardíaco sin necesidad de pulsómetro
– Tenemos un lugar donde dejar una botella de agua o toalla para el sudor
– Y hasta podemos ver nuestro programa favorito mientras realizamos ejercicio…
Maravilloso!!
Después de leer 100 catálogos no me han señalado ningún inconveniente…será que no los tiene… o que no me los quieren decir!!
Así que lo analizaremos nosotros…
¿cúal es la diferencia fundamental entre una forma y otra de carrera?
Si nos fijamos en el gesto de la carrera, por describirlo de una manera sencilla, se realiza de la siguiente manera:
1- Se lanza la pierna hacia delante mediante una flexión de cadera y extensión de rodilla hasta que contactamos con el suelo.
2- Se amortigua mediante una frenada excéntrica de los cuádriceps (principalmente) para traccionar con la musculatura extensora de la pierna (isquiotibiales principalmente) inmediatamente sobre el suelo e impulsar nuestro cuerpo hacia delante…
Si observáis, he colocado en cursiva la palabra «traccionar»…que es parte fundamental de la carrera y por lo que somos capaces de aumentar la velocidad de desplazamiento. Además, interesa señalarla porque es lo que diferencia a la carrera «natural» de la realizada sobre una cinta.
En el caso de usar la cinta la necesidad de traccionar sobre el suelo disminuye notablemente ya que es la propia cinta la que se desplaza hacia atrás, disminuyendo la fuerza que necesitan tener los isquios para producir tracción.
No sé si me explico…
De hecho, para aumentar la velocidad, nosotros no tenemos que traccionar más…simplemente debemos apretar un botoncito que haga que la cinta se desplace más rápido hacia atrás… lo único que modificamos nosotros es la frecuencia de zancada, pero no la fuerza de tracción!
¿Y esto que provoca?
En personas que abusan de la carrera en cinta suele producirse una descompensación entre la musculatura anterior y posterior de la pierna (en favor de la primera) lo que a la larga provoca una inestabilidad de la rodilla que puede derivar en lesiones que imposibiliten nuestra práctica deportiva favorita.
Con esto no pretendo decir que las cintas sean malas (tienen muchísimos beneficios) pero debemos conocer que diferencias sustanciales tiene con la carrera natural y actuar en consecuencia. Probablemente, si realizásemos un programa de ejercicios que compensase ese déficit de la musculatura posterior obtendríamos por un lado, los beneficios de utilizar las cintas (menos impactos, entrenamientos más controlados, etc…) y no sufriríamos sus consecuencias.
Os dejo un vídeo donde he intentado que se aprecie la carencia de tracción al realizar carrera continua sobre un cinta.
Espero que hayáis podido apreciar cómo prácticamente no necesito impulsar y traccionar con mis piernas…simplemete apoyo para poder volver a lanzar la pierna hacia delante. Pronto os haré un vídeo con ejercicios que nos ayuden a solventar este inconveniente de la manera más adecuada.
Mientras tanto tendréis que correr o andar bajo la lluvia (¡tampoco es ácido que caiga del cielo!), pero antes de que empiece el frío invierno prometo dejaros los ejercicios.
Pues nada…os dejo hasta una nueva entrada…pero os hago una pregunta antes de irme: ¿qué pensáis que ocurre cuando subimos una cuesta o modificamos la inclinación de la cinta?…
Un saludo a todos!
